Situado en el cerro de Santa Ana, el monumento al minero es obra del escultor José Noja, realizado con los fondos provenientes de una cuestación popular y de la aportación del Ayuntamiento.
El 26 de febrero de 1983 fue inaugurada esta escultura de 17 metros de altura y tallada en bronce, interpretada por su autor como "neorrealista, con la que se ha querido reflejar la verdad de Puertollano". La obra refleja la ya centenaria tradición minera que hizo florecer la riqueza en la ciudad. Su figura se ha convertido en una de las señas de identidad de Puertollano.
La minería del carbón comienza en Puertollano en 1873 y finaliza en 1975 con el cierre definitivo de las explotaciones. Producto de esta actividad, se conservan en la localidad un buen número de instalaciones.
La explotación y producción ha jugado un importante papel en el desarrollo de esta localidad manchega. De ello son buena muestra las obras de arqueología industrial que se hallan en esta tierra.
Puertollano conserva algunos castilletes de las explotaciones mineras; estructuras metálicas(1) de principios del siglo XX de mas de 30 metros de altura. Destacan los del Pozo Norte, en el Parque del mismo nombre y el Pozo Santa María, en la Avenida de Ciudad Real. Otros son los de los Pozos Batosa - Ntra. Sra. de Lourdes, San Julián, San Felipe, Elorza y Argüelles.
